viernes, 25 de mayo de 2007

Valoración organísmica... Ni Freud ni mi mamá

La valoración organísmica refiere a que “el organismo en su interacción con el medio posee la capacidad de discriminar aquellas experiencias que le son o no enriquecedoras para sí mismo en un momento dado. […] Los instintos, las emociones y la intuición constituyen una información relevante como guías de la conducta”
Este es un concepto que aprendí este año, y que siento debe ser aplicado en muchos contextos de la vida; no sólo hay que tomar en cuenta lo racional, si no que también lo “instintinal”.

Y ahora que pienso cómo llegué a este seminario de liderazgo y emprendimiento, sé que en cierta medida utilicé mi valoración organísmica. Aquí va un resumen de la historia:

En marzo teníamos que elegir en cuál seminario queríamos estar para escoger un tema para la memoria. Había 5 opciones. Y estaba entre dos. ¿Qué hacía.. elegía un curso para estar con mis amigas en el proceso de memoria y tener un tema que me gustaba pero no en gran medida, o elegía el curso que trabaja con el tema de psicología laboral, que me encanta, pero que no estaría con ninguna amiga de mi grupo? Y aquí surge el conflicto. Finalmente, opté por el seminario de psicología laboral, pues esto es realmente lo que me gusta. Tenía que dar un paso más allá y hacer algo distinto a los años anteriores. Elegí lo que quería.
Pero después vino otra etapa.. Un día llegó José Martínez a una clase a contarnos que él hacía un diplomado entrenando a microempresarios en gestión y emprendimiento. Este año este diplomado sería en Limarí, y buscaba gente que trabajase con él e hiciera la memoria en relación a su tema. Entonces, nuevamente ocurrió un conflicto.. ¿Qué elegir?!.. Recibí un mail de mi compañera de universidad Fernanda Flynn contándome que vio que yo estaba interesada en esta opción y que ella también lo estaba, y más me confundí.. La pregunta ahora estaba centrada en la estabilidad… Me quedaba en un curso hecho por la universidad, con un programa establecido, o hacía algo diferente a todos los años, más aplicado, trabajando para alguien (un jefe) pero que al ser distinto a un curso dictado por la universidad talvés podría traer incongruencias con el programa y fechas para el año?.
Pensé y sentí.. ¿qué quiero realmente? .. Elegí el seminario de Liderazgo y Emprendimiento, que a pesar de ser distinto a todo lo anterior que había realizado antes en la universidad, eso mismo le daba una emoción distinta, un desafío. Y esto es lo que mi valoración organísmica busca en este momento: hacer algo distinto, que me motive y mueva, que surja desde lo que me gusta y quiero, que me haga ser flexible, y hasta que le de un ritmo diferente a mi quehacer.

Por ello, siento que al tomar decisiones, no sólo hay que hacerlo pensando todos los pro y los contras, porque el “organismo” en todo esto también tiene opinión y hay que escucharlo.
Al menos en mi caso, en distintas situaciones, no se ha equivocado.

Saludos, Rosario

2 comentarios:

Fernanda Flynn dijo...

Es impresionante como el cuerpo habla... nunca te ha pasado que tienes una "sensación extraña" frente a algo...?? Bueno, espero que esa valoración organísmica que tan bien habla Boric y que tu al parecer has comprendido, creo que es justamente eso... sólo que ahora el objetivo es hacer que dicha situación no sea extraña...
Si escucharámos más a nuestro cuerpo, lograrámos contactarnos más con nuestras emociones, definirlas y por último nombrarlas creo que ya no serían sensaciones extrañas y algo podríamos hacer con ellas..
Debo confesar que teoricamente el concepto de valoración organismica, la autenticidad que implicitamente conlleva (el despojo del deber ser y la primacía del querer ser) lo he entendido perfectamente... ahora quiero lograr comprenderlo desde la práctica de este, indudablemente más difícil.

Carolina S. Puyol W. dijo...

Hola
Hace un rato ya que no me metía a tu blog! Que interesante el concepto de valoración organismica, como estoy en otros seminarios... contigo aprendo!

Me parece muy interesante aquello de que tenemos que escuchar a nuestro cuerpo o esas sensaciones que a veces llamamos intuiciones o parar cuando algo nos huele mal. Y me parece importante destacar lo que dijo Fernanda, acerca de que podamos ser capacez de identificar lo que nuestro cuerpo nos quiere decir. Ya que la buena comunicación ayuda en todo tipo de relaciones, hasta en nuestra relación con nuestro cuerpo.

Gracias por lo que escribiste. Me ayudaste a adelantarme a una cosa de las que veré el próximo semestre! Me gusta lo que escribes!

Besos y abrazos!